Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa

Ayúdanos a entender cómo se protege la información genética que sostiene la vida

Cada una de nuestras células depende para funcionar correctamente de una vasta y compleja fuente de información genética contenida en el ADN. Este ADN es como un libro de instrucciones vital para el buen funcionamiento y la supervivencia de la célula. Sin embargo, debido a su uso constante, este «libro» está constantemente expuesto al desgaste y a posibles alteraciones. Se estima que cada día, el ADN de una célula humana puede sufrir más de 20.000 cambios físicos o químicos, los cuales, si no se corrigen, pondrían en grave riesgo la viabilidad celular.

¿Cómo se protege nuestro ADN?

Durante la evolución, nuestras células han desarrollado una serie de mecanismos increíbles para «reparar» estos daños y mantener la integridad de la información genética. Estos sistemas de reparación son esenciales y extremadamente variados, pues cada tipo de alteración requiere un mecanismo específico. A pesar de estos sofisticados mecanismos de defensa, algunos daños en el ADN son particularmente peligrosos.

En nuestro laboratorio, nos especializamos en estudiar cómo las células pueden reparar una alteración crítica: las roturas de la molécula de ADN. Aunque estas roturas no son comunes, sus consecuencias pueden ser devastadoras. Cuando no se reparan correctamente, las roturas en el ADN pueden provocar mutaciones, es decir, cambios en la información genética que pueden desencadenar graves problemas en la célula.

El impacto de las mutaciones

En circunstancias normales, nuestras células pueden manejar el pequeño número de roturas en el ADN sin que ello afecte su funcionamiento. Sin embargo, cuando estas alteraciones se incrementan, ya sea debido a la exposición a agentes externos como la radiación o sustancias tóxicas, o por una deficiencia en los mecanismos de reparación del ADN, las mutaciones se acumulan. Este fenómeno puede dar lugar a enfermedades, algunas de ellas raras, donde los pacientes no cuentan con la capacidad de reparar su ADN de manera adecuada.

Cáncer y reparación del ADN

Otro ejemplo alarmante de este proceso ocurre en el cáncer. Las células tumorales, al igual que aquellas con defectos en su reparación genética, acumulan mutaciones en su ADN de manera recurrente porque suelen tener problemas en la reparación del ADN o por su exposición a agentes externos como el tabaco o la radiación. Esta incapacidad para reparar los daños adecuadamente es una de las razones por las que las células cancerígenas crecen y se multiplican de manera descontrolada. Por suerte, esta vulnerabilidad de las células tumorales se utiliza de manera estratégica en tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia, que buscan dañar aún más el ADN de estas células para detener su crecimiento.

Tu apoyo es crucial

En nuestro laboratorio, estamos trabajando arduamente para entender mejor estos procesos de reparación del ADN y cómo su mal funcionamiento puede dar lugar a enfermedades graves. Así mismo, queremos aprovechar este conocimiento para proponer nuevas terapias más eficaces contra el cáncer. Pero para continuar nuestra investigación necesitamos tu ayuda. Tu donación puede marcar la diferencia en la búsqueda de soluciones para enfermedades raras y el cáncer, y en la mejora de la calidad de vida de miles de personas.

Ayúdanos a entender cómo se protege el «libro de instrucciones» de la vida. Juntos, podemos avanzar en la investigación y encontrar nuevas respuestas.